Es cierto que no he conocido un idioma en el que sea tan gratificante putear como lo es en el argentino.
Peeeeero el inglés tiene a su favor un excelente recurso del que nosotros, los argento-hispanoparlantes, no disponemos.
Ellos pueden agregar la palabra "fucking" entre medio de cualquier oración, otorgándole un carácter y una potencia que hace imposible el dejar de notar el estado de la persona que lo está diciendo.
Veamos un ejemplo.-
Uno está en la recepción de un hostal, atendiendo alegremente.
Viene un huésped y te dice:
"Can I get my keys, please?" => ¡todo en orden!
Pero si dice:
"Can I get my fucking keys, please?" => Claramente algo está mal.
domingo, 13 de septiembre de 2009
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