Es salir de tu casa, y al cerrar la puerta, hm... ¡banderita roja! Te tanteás los bolsillos -al pedo, ya sabés que saliste sin llaves-. Te fijás si la puerta no habrá cerrado mal. No. Bronca (consecuencias). Apoyás[golpeás] la cabeza contra la puerta con un bufido y los ojos apretados. Cuando los abrís te das cuenta de que al entrar las habías dejado puestas del lado de afuera.
(Yeah!)
1 comentario:
Lucky Bastard.
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